La Sirenita
Si quisiéramos contemplar las profundidades marinas, me temo que tendríamos que bucear muy profundo, casi como la Sirenita de H.Ch.Andersen.
¿Te podrías imaginar un submarino sin periscopio? Iría errante, como ciego. De ahí
que sea un elemento fundamental en la actividad que estos desarrollan. Pues bien, este importante invento fue patentado por una mujer llamada Sarah Mather.
Su primer periscopio se asentaba en un tubo relativamente largo, con una lámpara y
una serie de prismas ópticos o espejos unidos a un extremo, para de esta forma iluminar diversos objetos al ser sumergido. Este descubrimiento aportaba grandes ventajas para los buques de la época: reconocimiento del casco sin necesidad de usar buceadores o tener que varar el barco (hecho que resultaba muy costoso), localización de bancos de pesca, calcular la posición y distancia de diferentes objetos, etc., En definitiva, una estimable ayuda para cualquier trabajo bajo la superficie marina.
Paradójicamente, hasta 2011 a las mujeres estadounidenses no se les permitió servir en submarinos, a pesar de que fue una de ellas la que contribuyó a la modernización de los mismos con este invento”.