Pulgarcita

La historia de Pulgarcita, empieza con una bruja que da un grano de cebada a una campesina que deseaba tener un hijo. Una vez plantada, una niña diminuta, del tamaño de un pulgar, Pulgarcita (Tommelise), emerge de su flor. Una noche, Pulgarcita, dormida en su cuna de cáscara de nuez, es llevada por un sapo que quiere a la doncella en miniatura como novia para su hijo. Con la ayuda de unos amigos peces y una mariposa, Pulgarcita escapa del sapo y su hijo, y se desplaza en un nenúfar hasta que es capturada por un escarabajo ciervo volador que más tarde la descarta cuando sus amigos rechazan su compañía. El ecosistema en el que habita nuestra amiga es muy similar, dejando de lado la fantasía propia de los cuentos de hadas, al mundo de los artrópodos en los que centró sus estudios la entomóloga María Sbylla. Lo tenía todo para ser simplemente una gran pintora de su época, pero su pasión por la naturaleza (y los insectos) la llevó a compaginar el arte con la ciencia y ser reconocida además como naturalista, exploradora y una de las pioneras de la entomología moderna. Con sus dibujos de insectos y plantas, Maria Sibylla Merian abrió un nuevo campo en la ciencia, de una manera inusual y rompiendo los moldes científicos de la época. En lugar de representar especímenes sobre un fondo plano, mostró sus relaciones con otros animales y plantas, yendo a contracorriente de grandes científicos de su época, que se limitaban a clasificarlos en categorías separadas. Era la primera vez que animales, plantas e insectos eran retratados juntos. Merian también fue pionera en emanciparse de ataduras sociales que coartaban la libertad y la curiosidad de las mujeres.