LOS VIAJES DE GULLIVER

¿Alguna vez has tenido la impresión de que los juguetes de tu niñez deberían ser más grandes de lo que son en realidad?

Un grupo de neurofisiólogos , médicos que vigilan la actividad eléctrica de nuestro cerebro y de los sistemas nerviosos central y periférico, llevaron a cabo un experimento para comprobar cómo percibe nuestro cerebro las dimensiones y las distancias en el mudo que nos rodea.

¿Quieres saber cómo consiguieron que los voluntarios para realizar el experimento se sintieran tan  grandes como Gulliver  y tan pequeños como un liliputiense?

Los voluntarios se tumbaban de espaldas y se les ponía un casco de visualización.  La primera vez se colocó a su lado un muñeco de 4m de alto al que se habían instalado dos cámaras que transmitían una imagen tridimensional a los ojos de los participantes que veían las gigantescas piernas del muñeco en el lugar en el que se encontrarían sus propias extremidades. Hicieron el mismo experimento pero al revés, colocaron un muñequito a su lado de 80cm, sintiéndose el voluntario  como un auténtico ciudadano de Liliput.

Si fueras uno de esos voluntarios que siente que sus piernas son tan largas y grandes como las de Gulliver   y te pidieran que  calcularas mas o menos la distancia que hay entre tú y una silla  caminando hacía ella con los ojos cerrados, sin hacer trampa, seguro que darías apenas unos cuantos pasos para alcanzar la silla, sin embargo si te sintieras como un liliputiense caminarías una distancia mayor a la real. 

Por este motivo los neurofisiólogos explicaron que las señales visuales son muy importantes para una correcta orientación, pero no menos importancia tiene el TaMaÑo De NuEsTrO  CuErPo que nos sirve de elemento de medición.

Nuestro cerebro es una gran fábrica de ilusiones, sino me creéis, mirad por la mirilla de esa caja y podréis  ver como nuestro cerebro no construye la realidad, sino que la interpreta, cambiando el tamaño del objeto cuando lo trasladamos de un lado a otro de la habitación.

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